¿Qué hacen ustedes en mi patio?

Cuando un niño fisgón escucha una plática de los adultos se encarga en saber toda la historia

“Jaimito” es un niño curioso, que no se cansa hasta descubrir el porqué de las cosas. Un día cuando miraba la ventana desde su habitación se dio cuenta que muchas personas que no conocía iban al patio de su casa a observar la zona o incluso tomarse fotos.

Al otro día, el morenito, mientras jugaba a la pelota, escuchaba lo que los adultos hablaban. Su estómago cosquilleaba de nervios, tal vez por saber su conversación o porque las gomitas que había desayunado estaban teniendo un efecto negativo en él.

Conversaban en la platea central sobre que hace muchos años esa vecindad funcionaba como un mesón que acogía a viajeros en ruta de la Ciudad de México hacia el Puerto de Veracruz. Incluso como en un lapso funcionó como cuartel en tiempos de La Revolución.

“Jaimito” se sentía agitado, por lo que rápidamente corrió para buscar a su mamá, quien estaba colgando ropa en un tendedero. Le contó lo que había oído de los grandes y que estaba emocionado por vivir en un lugar famoso. La madre entonces cargó a su hijo.  

Hace muchos años ese vecindario de Xalapa había sido propiedad del General Porfirio Muñoz Victoria, quien al final se lo heredó a las hermanitas Muñoz. La señora le explicó que, por eso, la zona se llamaba “Patio Muñoz” en honor a las hermanas.


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